jueves, 2 de agosto de 2007

Contiuamos con la obra


Continuamos con la obra.
Se ha dado un hecho destacable que ha sido la visita de Conrado, el jefe de proyectos de la delegación de Navarra.
Su visita ha sido muy importante para concretar la revisión del presupuesto que así como estaba planteada en un principio no era del todo real e improbable que se ejecutara.
El dinero destinado a la construcción ha aumentado ya que la parte agrícola no se podía ejecutar en su totalidad, además de revisar otras partidas.
En este momento estamos en una fase de aprovisionamiento de materiales, ya que hay un aumento en el presupuesto para la construcción.. El aprovisionamiento lleva su tiempo, pues hay materiales que vienen de lejos y la coordinación del transporte es complicado.
Por lo demás el trabajo transcurre con normalidad. Como comento, la dificultad se centra en el abastecimiento. Espero que una vez superado este problema, el presupuesto se ejecute según los plazos.
Quería una vez más señalar el problema que hemos tenido con algunos materiales y las consecuencias que esto acarrea a nivel del mercado local e impacto social.
Es sabida la tendencia que hay de hacer compras locales para nuestro abastecimiento, con el fin de desarrollar el comercio local y dar un pequeño impulso en la medida de nuestro alcance (o en la medida de nuestro presupuesto).
Hacer compras en los pequeños y medianos comerciantes, productores, empresarios, técnicos y trabajadores, para dar un impulso económico al entrono en el que ejecutamos los proyectos, que por lo general son precarios.
Quería contrarrestar este objetivo, que en principio es un objetivo muy interesante, con problemas que pueden derivar de esta forma de actuar.
En mi caso, San Ignacio de Moxos-Beni-Bolivia, tiene una producción de ladrillos.
Hornos donde cuecen la arcilla y producen ladrillos con los que construyen prácticamente todo los edificios y casas del pueblo.
No hay mayor competencia pues los materiales traídos de afuera suponen un aumento de coste elevado, que en principio hace prohibitivo su uso.
Las ONGs e instituciones financiadas desde el exterior, junto con el crecimiento natural de la población, hacen que en la época seca, proliferen las construcciones y así la demanda de este material.
En concreto este año la demanda ha aumentado considerablemente y el producto a escaseado. Esto ha llevado a un aumento del precio de este material (un 16% más del aumento que se preveía para este año) y ha traído consigo un descenso considerable de la calida de este material.
El hecho del aumento del precio en esta proporción, no es algo que afecte decisivamente a un presupuesto de decenas de miles de euros, como el que maneja ASF o otras instituciones, pero si es un aumento que puede retraer a los modestos habitantes, que están planificando una inversión para el acceso o la mejora de la calidad de la vivienda.

Es claro el ejemplo de las crisis nutricionales en los países africanos. Está “prohibido” entre las agencias y ONGs de ayuda humanitaria comprar alimentos en el mismo país donde se esté dando la crisis.
El comprar los alimentos localmente haría aumentar los precios del mercado y las personas no beneficiadas directamente sufrirían el aumento de los precios, agravando el problema.
También es claro el problema que surge cuando hay una crisis humanitaria en un lugar concreto y las ONGs llegan en masa a atender la crisis. El comercio local sin duda sufre un desarrollo, pero aumentan los preciso debido a la demanda.
Son los comerciantes y empresarios quienes pueden ofrecer productos de interés, los que se benefician en buena parte. Los pobladores que no acceden a la ayuda humanitaria por no haber sido afectados directamente por esta crisis, pero que de igual formal están dentro de parámetros de pobreza, son afectados por el alza de los precios en los productos.